Desde el 5 de marzo pasado las lámparas LED que se importan a nuestro país deben tener en sus cajas un rotulado de eficiencia energética como las heladeras u otros electrodomésticos. Por esta razón, investigadores de la UTN Santa Fe llevan testeadas desde marzo de 2021 más de 3000 lámparas LED, de 254 modelos diferentes. El objetivo es corroborar lo que declaran los fabricantes en cuanto a la eficiencia energética, el flujo luminoso y la vida útil. El Laboratorio de Mediciones y Ensayos de la UTN Santa Fe (LaMyEn) del Centro I+D en Ingeniería Eléctrica y Sistemas Energéticos (CIESE) y el Departamento de Ingeniería Eléctrica, es uno de los tres centros que hacen esta tarea en el país y el único del sector público, para cumplir con la normativa.
La sala de ensayos se parece más a un set de filmación de un videoclip que a un laboratorio. No hay ventanas, pero la luz ciega. Son las 2000 lamparitas prendidas que están siendo testeadas para ver si cumplen la norma IRAM 62404-3, para certificar el etiquetado de eficiencia energética en lámparas. “Esta norma certifica Flujo Luminoso, Potencia y Vida Media de la lámpara. Se hace un ensayo de tres mil horas continuas y luego se ve cuánto disminuye el flujo luminoso de la misma. Por norma, no debe bajar de un determinado valor según las lámparas”, aclara el ingeniero Nicolás Pochettino, jefe de Laboratorio de Eficiencia Energética del LaMyEn.
A través de la Resolución 795/2019 de la Secretaría de Comercio Interior de la Nación, a partir del 5 de marzo de 2022 las lámparas que se importen a nuestro país deben tener en sus cajas un rotulado de eficiencia energética. Este proceso arrancó hace tiempo en nuestro país, pero se fue postergando su implementación por la pandemia. Es un camino de ensayo y certificación de cada modelo de lámpara que se plasma en una escala similar al que ya tienen heladeras y otros electrodomésticos en Argentina.
Información para el consumidor
¿Cuánto consume y cuánto ilumina un foco? La respuesta del comprador sería: lo que dice su rotulado. ¿Pero quién controla que sea verdad? La respuesta sería: un puñado de laboratorios. Y uno de esos está en la ciudad de Santa Fe.
El ensayo comienza con el testeo de flujo y consumo en 20 ejemplares de un mismo modelo en la Esfera Integradora de Ulbricht. Una inmensa bola azul donde encienden los focos para cuantificar lo que iluminan. Luego, con tensión estabilizada y temperatura controlada, se los mantienen encendidos durante tres mil horas continuas (4 meses y medio). Después de esto, se les vuelve a testear en la esfera para ver si disminuyó su capacidad de iluminar y cuanta energía consumen. Se hace una medición comparativa con lámparas calibradas por el INTI que tienen un seguimiento. Y, por último, con el cálculo que la norma indica se establece qué grado de eficiencia energética tiene el producto. “Por ejemplo, en lámparas que emitan la misma cantidad de luz, si una consume mayor potencia energética, va a ser de menor categoría porque para emitir lo mismo consume más. O dos lámparas que consumen la misma energía y una emite más luz que otra. Básicamente, se mide el rendimiento”, aclara el ingeniero Juan Marcos Banegas, director del Laboratorio de Mediciones y Ensayos del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la UTN Santa Fe.
Llevan ensayados todo tipo de lámparas, desde tubos led, decorativas que simulan tener filamento, hasta las más comunes. En general todas han demostrado un buen grado de eficiencia, pero en algunos modelos ensayados hay lámparas que no llegan a las 3.000 horas, cuando deberían durar 10.000 como mínimo.
El camino, que finaliza en el rotulado de eficiencia, comienza en las certificadoras de normas (Bureau Veritas, TUV, IRAM, entre otras) quienes mandan los productos al laboratorio de la UTN Santa Fe para ensayar. El resultado de la prueba es devuelto desde el LAMYEN a las certificadoras de normas, quienes emiten el reporte y lo presentan en la Sec. de Comercio de la Nación.
En general, los productos que llegan al laboratorio de la UTN provienen de importadores de Buenos Aires que tienen cien modelos distintos de LED, pero también hay más pequeños del interior del país que mandan seis. La mayoría de los productos son de origen chino.
Una oportunidad para investigar
La particularidad de estos ensayos, por su volumen y especificidad, dieron origen a dos proyectos de investigación sobre calidad de energía dentro de la UTN Facultad Regional Santa Fe. Tener constantemente encendidas 2000 lámparas led en simultáneo les da la posibilidad a los ingenieros de investigar qué pasa con la curva de consumo de energía.
Con el objetivo de investigar, el laboratorio es tomado como un edificio que tiene constantemente encendida sus luces led durante todo el día. Esta es una oportunidad única para estudiar, en condiciones controladas, la calidad de suministro eléctrico y como esto puede afectar al entorno de consumidores (otras instalaciones).
La calidad de la energía se establece según la normalización del suministro eléctrico mediante reglas que fijan parámetros básicos, forma de onda, armónicos, niveles de distorsión armónica, interrupciones, entre otros aspectos. La distorsión armónica de la tensión y la corriente depende de la lampara y la electrónica que tiene el artefacto. La lámpara led tiene un componente electrónico dentro y estos, generalmente, generan distorsión en la corriente eléctrica. Una foto de buena calidad de corriente eléctrica debería expresarse como una onda senoidal. Es decir, como una curva que describe una oscilación repetitiva y suave en relación con un eje. Cuando existe una corriente distorsionada, esa curva se manifiesta con picos y podría afectar a los consumidores de su entorno.
Los datos de los ensayos y las investigaciones también son un aporte para las materias de la carrera de Ingeniería Eléctrica que se dicta en la Facultad.